A la Universidad del Rosario en cabeza de la señora rectora Ana Isabel Gómez Córdoba, quien nos ha impulsado decididamente en este camino del cuidado.

Al CRAI, por su invitación y confianza en esta edición, así como por su magnífico trabajo y acompañamiento, que valoro profundamente. A los y las participantes que aceptaron mi invitación a ser parte de este libro humano, que se convirtió en una maravillosa experiencia de conocimiento conjunto.

A todos mis estudiantes, quienes me han inspirado a investigar y publicar sobre el cuidado como un derecho humano, y sobre la labor esencial de las personas cuidadoras.

A la decana saliente, Dra. Laura García, por creer en las iniciativas de sus profesores, y a la decana entrante, Dra. Cristina Pardo Schlesinger, por haber impulsado desde la Corte Constitucional estos temas fundamentales: mujeres, cuidado, discapacidad y personas mayores.

Y, sobre todo, a las cuidadoras informales, por dejarnos un pedazo de ellas y una huella imborrable a quienes hemos tenido el privilegio de ser cuidados.